Aquesta és la intervenció per rebutjar els 3"vetos" que són esmenes a la totalitat del text
La señora BAIG I TORRAS: Muchas gracias, presidente.
(La señora senadora comienza su intervención en catalán,
que se reproduce según el texto que facilita a la Redacción
del Diario de Sesiones.)
«Els partits polìtics que formen el grupo de l’Entesa
Catalana de Progrés rebutjarem els 3 «vetos» ja que
desde fa molts anys que desde les nostres opcions defensem
el dret de les dones a decidir lliure i responsablement
sobre la seva salut sexual i reproductiva.»
Porque, señorías, hoy debatimos sobre un tema ideológico.
Nuestro grupo y también otros avalamos esta ley.
Incluso alguno solicitó en la anterior legislatura que esto
fuera posible. La diputada de Iniciativa per Catalunya,
doña Carmen García, lo había pedido, pero no era aún el
momento oportuno. Hoy nos sentimos realmente cómodos
porque hoy podamos debatir esta cuestión, y se lo agradecemos
a la ministra, a todos sus colaboradores y al Gobierno
en general. ¿Por qué? Porque el actual marco legal, el de
1985, está obsoleto e insuficiente, marco que se limitó a
modificar el Código Penal para despenalizar la práctica de
la interrupción voluntaria del embarazo en los tres supuestos
que ya conocemos.
Afortunadamente, hoy debatimos la garantía plena del
derecho de las mujeres al ejercicio libre y responsable de
su sexualidad, que necesariamente ha de contemplar un
sistema que permita a las mujeres decidir en condiciones
seguras, médica o sanitariamente adecuadas y sin consecuencias
penales sobre un embarazo no deseado.
Entesa Catalana de Progrés votaremos a favor de la ley
porque responde a nuestros principios ideológicos y además
porque nos sentimos cómodos, ya que no es única y
exclusivamente una ley de interrupción voluntaria del
embarazo, sino que va acompañada de la salud sexual y
reproductiva. Esta vinculación de educación, formación,
información y prevención es un aspecto importantísimo,
porque se debe garantizar una adecuada educación en función
de la edad —una información— para saber y trabajar
dentro de la escuela, dentro de la familia y en la sociedad
sobre educación emocional y afectiva, sobre educación
sexual, sobre anticonceptivos, sobre los valores y el respeto
que se ha de tener a cada uno de estos valores para
dar a todos, niños y niñas, jóvenes, chicos y chicas una
educación como personas que les sirva para toda la vida.
Y es este aspecto en el que, estando todos de acuerdo en
que la interrupción voluntaria del embarazo no es buena,
que no es tampoco un anticonceptivo, estando todos de
acuerdo en que debemos reducirla, no entiendo cómo los
que han puesto el veto a la ley no apoyan este aspecto de
la educación. Aquí es donde yo encuentro una gran falsedad.
El señor Casas y la senadora Caballero decían que era
muy importante prevenir embarazos no deseados. ¿Y
cómo tenemos que prevenirlos y ayudar? En el campo de
la educación. Pues en el campo de la educación, en el
Ministerio de Educación, en las consejerías de Educación
o en algunos ayuntamientos es desde donde se promueven
temas de educación sexual o de planificación familiar dentro
de la educación de la ciudadanía. Pero son también los
mismos quienes se oponen a ello. (Aplausos.) Y aquí es
donde yo encuentro la gran falsedad en estos vetos. Porque
me resulta realmente difícil entender cómo aquellos
que están más en contra de los abortos promueven determinadas
políticas publicitarias o nos hacen llegar determinados
documentos donde se muestran unas imágenes de
abortos que en alguna ocasión se han pasado incluso en
escuelas, en edades no adecuadas. Y esto no es educación,
señorías, esto es adoctrinamiento y esto no puede ni debe
ocurrir. (Aplausos.)
Ya que estoy en este tema, me gustaría incidir en que leí
hace poco en la prensa que la Universidad católica de
Navarra —y no descartaban que también sucediera en
alguna universidad pública— por prejuicios morales no
incluía en la formación de los médicos la práctica de un
aborto voluntario.
Al margen del debate —porque no es el campo que yo
conozco— sobre si las técnicas que se usan para un aborto
espontáneo son o no las mismas que en uno inducido,
lo que está detrás de esta cuestión es una batalla ideológi-
ca y moral, como siempre que se discute sobre la interrupción
voluntaria del embarazo.
Para ir terminando, me gustaría recordar también algún
aspecto más propio y personal de las mujeres de mi generación.
Porque hace ya más de treinta años, en el inicio del
despuntar de la democracia en España, participé en un
mitin, hablé en nombre de las mujeres y reivindiqué que
todas las mujeres pudieran decidir libremente sobre su
cuerpo y que el aborto fuera una decisión libre y gratuita.
Porque en aquellos momentos existían grandes diferencias
según la clase social y las posibilidades económicas de la
familia. Unas podían ir a Londres o a Holanda, y a otras se
las relegaba a sistemas clandestinos. (Aplausos.)
Han tenido que pasar muchos años, más de treinta años.
Seguramente tenía y tiene toda la razón un gran político
como Solé Tura, al que se le dice Padre de la Constitución,
un buen ministro de Cultura, un gran político, que escribió
que se necesita más tiempo para hacer reformas que para
hacer la revolución. Y este es un caso bien significativo.
Por esto, creo que hoy, o en el momento en que concluya
el trámite de esta ley y veamos esta ley aprobada, las
mujeres de mi generación, algo mayores que la portavoz
socialista, veremos que también hemos dado un gran
paso, que hemos avanzado con respecto a nuestros principios
políticos e ideológicos, y esto me llena realmente de
satisfacción.
Hemos esperado tiempo. Hemos ayudado a que una
gran parte de la sociedad —no toda, pero una gran parte—
haya podido madurar, e igual que en aquel primer acto
político pedí que la educación, la coeducación, fueran instrumentos
imprescindibles para que la interrupción voluntaria
del embarazo fuera utilizada el mínimo de veces
posible, así como para que todas las mujeres tengan derecho
a decidir sobre su vida sexual y reproductiva, es por lo
que daremos nuestra opción a que esta ley sea una realidad.
Porque ya es hora de que en 2010 las mujeres seamos
consideradas personas. Personas capaces de decidir libremente.
Con derecho a decidir sobre la sexualidad. Con
derecho a decidir cuándo y cómo. Con derecho a decidir
la maternidad y la no maternidad si no es el momento
oportuno. Y con derecho a decidir en igualdad de oportunidades,
sean cuales sean las posibilidades económicas y
sea cual sea el lugar o la comunidad autónoma en donde
viva cualquiera de estas mujeres.
Muchas gracias. (Aplausos.)
Aquesta és la intervenció com a portaveu al final del debat i prèvia a passar a votació d'esmenes i del dictàmen de la llei
La señora BAIG I TORRAS: Muchas gracias, señor
presidente.
A lo largo del debate de hoy hemos hablado bastante de
igualdad en la salud sexual y del derecho a decidir de las
mujeres, pero me parece que en el aire han quedado más
aspectos negativos, como la interrupción voluntaria de un
embarazo, un embarazo no deseado, y ha pesado menos la
voluntad de hablar de esta educación sexual que ha de ir
acompañada del amor y de proporcionarnos felicidad.
Señorías, la aprobación de esta ley, a la que invito a
aquellos que aún no están convencidos para que se lo
replanteen, conlleva un espíritu de solidaridad con las
generaciones futuras porque trabajamos desde el deseo de
una sociedad en la que hombres y mujeres seamos felices
con una relación emocional, afectiva y sexual positiva.
Cuando veamos avanzar esta ley con el paso del tiempo
cumpliremos con nuestros hijos, hijas, y ahora que ya soy
abuela, también con nuestros nietos y nietas, porque hoy
les hemos trillado el camino para que puedan vivir una
vida mejor que la nuestra, más libre, más real, más efectiva
y, sobre todo, más feliz.
Muchas gracias. (Aplausos.)
Ara ja sols falta que sigui publicada al BOE i passi els 4 mesos per ser realitat i les dones serem PERSONES QUE PODEM DECIDIR maternitat si o maternitat no
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