Argument Postmasclista

Transcric, ja que m'hi vaig comprometre al parlar d'escola diferenciada, la qüestió que li vaig formular a D. Miguel Lorente Acosta, delegado del gobierno para la violencia de género en la compareixença a la comissió d'igualtat del Senado el dia 23 d'abril de 2009




"Quiero plantear una reflexión y una pregunta. Hace
algunas semanas surgió —y esta semana con más ímpetu
en Cataluña— el tema de la escuela diferenciada. No voy
a entrar en el aspecto de su financiación, ya que corresponde
a otra comisión, sino a las implicaciones que puede
tener en lo que respecta a la violencia de género. Ayer leí
la opinión de los que la quieren impulsar porque ven ventajas
en ella, e incluso opinan que terminaría con la violencia
de género. Mire usted qué fácil ¿Cómo puede ser que
ahora todo sea tan distinto a los años en que, justo al
empezar nuestra Transición, estuvimos valorando la
importancia de la escuela mixta coeducativa —no solo la
mixta, sino la mixta coeducativa?
En este sentido, hemos dado pasos adelante; hemos
conseguido que, tanto en las escuelas de primaria como en
los institutos y en la universidad, la convivencia entre
hombres y mujeres sea lo más normal del mundo, no hacer
distinciones entre unos y otros; incluso hemos tenido que
advertir a las jóvenes que el mundo no será después tan
bonito como en la época estudiantil; pero ahora vuelve a
surgir la escuela diferenciada, que nos dicen terminará con
la violencia de género.
Nos ha dado usted unos datos que considero muy interesantes
respecto a la distinta percepción de hombres y
mujeres; nos ha dicho que algunos hombres han dado
algún paso adelante a este respecto y me gustaría preguntarle
cuál es su punto de vista en cuanto a la escuela
diferenciada.

D. Miguel Lorente Acosta, delegado del gobierno para la violencia de género

En cuanto a la escuela diferenciada, deduzco de sus
palabras que tenemos la misma postura. Creo que es uno
de los grandes argumentos que se pueden utilizar en lo que
denominamos el posmachismo para seguir manteniendo la
desigualdad sobre la diferencia. Es un argumento que nace
de un hecho objetivo: el desarrollo biológico de niños y
niñas, de hombres y mujeres, no es simultáneo. Tampoco
lo es el de todas las mujeres o el de todos los hombres. Y no
sé si, a partir de este criterio, en lugar de la escolarización
por edad vamos a plantear la escolarización por desarrollo
de caracteres sexuales secundarios; o si se van a plantear
diferencias sobre otro tipo de factores, como el cociente
intelectual, el nivel socioeconómico, el origen nacional,
etcétera. Y es que cualquier argumento puede ser útil para
mantener diferencias sobre elementos objetivos que pue-
den facilitar la homogeneidad y, por tanto, el avance
simultáneo, pero perdiendo algo que los niños y las niñas
deben tener a esa edad: referencias para convivir en armonía,
sobre la base del respeto, de la diversidad y de la diferencia,
pero siempre respecto de la igualdad. Como muy
bien ha dicho, pasamos de una escuela diferenciada a una
de educación mixta coeducativa pero con la referencia tradicional
patriarcal, por tanto, monolítica. Por eso, lo que
tenemos que propiciar es la educación mixta coeducativa
sobre la diversidad, sobre la diferencia, a través de la
igualdad. Esa es la clave: socializar para convivir, y no vivir
para diferenciar, que es lo que da lugar a los conflictos de
función y roles que surgen en los hombres que recurren a
la violencia.